En repetidas ocasiones he expresado mi negativa a aceptar el
principal invento freudiano, llamado "el Inconsciente" (freudiano),
considerándolo como algo sobre lo que no se puede sino negar su
existencia. Voy a extenderme en este
post al respecto, dado que es el eje principal del psicoanálisis, el cual se define por sus defensores como el
"método de exploración del inconsciente humano".
De hecho, entre los feligreses de la fe psicoanalítica está bastante
extendida la altisonante consideración de "Freud, Descubridor del
Inconsciente". Descubridor del "inconsciente" no fue, porque solo se
puede descubrir algo que exista. Por otra parte el concepto de
"inconsciente" llevaba ya tiempo en danza, aunque no hay duda que
popularizó la creencia en ello. Y ciertamente, podemos recordar que
Myers, uno de los primeros "parapsicólogos" ya propuso el concepto de
"conciencia subliminal", un precursor, entre muchos, del "Inconsciente" freudiano, aunque en ambos casos podamos rastrear los orígenes de esa inexistente entidad en el pensamiento romántico. Una simple búsqueda con Google (buscaba los términos "el inconsciente no existe") me ha bastado para conocer algunas de las características
atribuidas por sus creyentes al mismo:
"en el inconsciente no existe la dimensión del tiempo",
"en el inconsciente no existe la posibilidad de distinguir la verdad de la ficción afectiva",
"el inconsciente no existe sin un sujeto que no es más que corte ubicado en una delicada y sutil letra",
"en el inconsciente no existe el temor a la muerte",
"para el inconsciente, no existe diferencia entre los deseos y los actos",
"en el inconsciente no existe la negación",
"en el inconsciente no existe la censura, en el inconsciente se guarda, se esconde".
Todo el psicoanálisis gira en torno a ese supuesto, "el Inconsciente"
(freudiano), donde se almacenan "deseos y recuerdos reprimidos". Sin
embargo, tras bastantes décadas de existencia del psicoanálisis, se da
la circunstancia de que no existe evidencia alguna de que existan
memorias "reprimidas" y almacenadas en ese hipotético "Inconsciente" y
de que su liberación sea la causa de comportamiento alguno. De hecho, en
la búsqueda, lo que he encontrado es que la mayoría de los debates que
hacen uso del término son de naturaleza mayormente filosófica. No
científica, sino ideológica y mística. Las hipótesis científicas no se
prueban por testimonios anecdóticos de alguien diciendo "yo sí tengo
inconsciente" o "yo sí tengo alma" o "yo sí he visto un extraterrestre".
De
hecho, tampoco es que la "mente trina" de Freud sea particularmente
novedosa u original. Dado que se trata de una "propuesta" (aunque sea
afirmada como cierta por sus proponentes) de corte filosófico, podemos
buscar sus raices en la Filosofía. Nos podemos remontar a Platón y su
texto
La República. Platón, dentro de la cosmogonía griega,
propone un modelo social con una estructura tripartita de clases,
empleando como modelo el apetito, espíritu y razón del alma de cada
individuo. Los trabajadores correspondían a la "alma apetitiva", movidos por apetitos e instintos básicos o lo que Freud renombraría como "Ello". Los guardianes, vigilantes de la sociedad, formaban el "espíritu" del alma, renombrado por Freud como "Superyo". Los gobernantes eran los representantes de la inteligencia,
la racionalidad, apropiados para tomar decisiones para la comunidad,
formando el "alma racional", léase el "Yo" de Freud. Vamos, un
planteamiento tan novedoso que hasta huele, del tiempo que ya tiene.
Sin
embargo, desde hace ya una temporada, los últimos estertores del
agonizante engendro, que se hacen llamar cosas como "neuropsicoanálisis"
o "psicoanálisis cognitivo" reclaman para Freud, una vez más, el papel
de adelantado a su tiempo afirmando de nuevo la existencia de algo
llamado "el Inconsciente" (freudiano), lo cual parece favorecido por la
tendencia a confundir términos que existe en muchas publicaciones, no
hablo ya de las psicoanalíticas, sino incluso de las científicas. Por
una parte, tenemos la confusión habitual entre "inconsciente" (sinónimo
habitualmente de no consciente) e "inconsciente freudiano" (el complejo
artefacto inventado por Freud). Así, es común igualar "inconsciente",
adjetivo, a "inconsciente", sustantivo. Y ahí parece radicar una de las
principales claves a las que aferrarse para seguir mareando a la gente.
La Psicología (principalmente desde la perspectiva cognitiva), entre
otros muchos fenómenos, investiga el procesamiento no consciente de
información. Adjetivo. La Psicología también estudia otros tópicos como
el aprendizaje encubierto (aprendizaje no consciente), etc. Esta
diferencia, bastante obvia y con muchas implicaciones, parece pasar
desapercibida para sus creyentes, que en una rápida lectura de los
textos producidos por la psicología cognitiva, equiparan ambos términos.
Así,
el objeto del psicoanálisis es "el Inconsciente" (freudiano), llegando
algunos a considerar a la creación de Freud la "psicología del
Inconsciente". ¿Puede existir algo semejante? ¿una ciencia del
"inconsciente" (freudiano)? Por supuesto, tanto como una "astronomía de
la Tetera de Rusell" (véase
http://es.wikipedia.org/wiki/Tetera_de_Russell),
dedicada a calcular los movimientos orbitales de ese objeto, tan real
como el del psicoanálisis, o una "biología del dragón de Sagan" (para
saber más sobre ese bicho, véase
http://www.historiasdelaciencia.com/?p=235) y del "Unicornio rosa invisible" (
http://es.wikipedia.org/wiki/Unicornio_rosa_invisible),
las tres "disciplinas" tienen como objetivo de estudio algo inexistente
salvo para sus patrocinadores y creyentes. De hecho, no hay tanta
distancia hasta llegar a la Teología. El famoso psiquiatra
anti-psiquiatría Tomas Szasz afirma en su ensayo
El segundo pecado (1992) que
"Actualmente,
el psicoanálisis funciona como una religión disfrazada de ciencia y
método de tratamiento. Del mismo modo que Moisés recibió las Leyes de
Dios de Jehová, a quien, según él, tenía acceso especial, Freud recibió
las Leyes de la Psicología del Inconsciente, al que, también según él,
tenía acceso especial".
Como dicen en esta crítica al último ensayo de Onfray (
http://www.academiaeditorial.com/web/freud-el-crepusculo-de-un-idolo/):
"Inconsciente
es el nombre que el siglo XX da a la Metafísica tradicional, merced a
la seducción poética y retórica del psicoanálisis. Tras el inconsciente,
y en el inconsciente mismo, no hay nada. El inconsciente no existe. Es
un mito. Se trata de un sueño freudiano, compartido por infinitos
sofistas, como Lacan, quienes le han sacado un partido y una
rentabilidad populista y académica desorbitante, la cual no prueba ni de
lejos la validez ilusoria de tales “teorías”, sino el poder de
seducción de sus discursos y metáforas, es decir, la ignorancia
espectacular e histórica de generaciones y generaciones de profesionales
de las denominadas “ciencias humanas”, auténticos tratantes de una
suerte de ocultismo académico y sofisticado."
Se puede decir más alto, pero creo que queda suficientemente claro:
"El inconsciente
es una auténtica fantasmagoría metafísica y retórica, además de
altamente poética, esgrimida por la retórica freudiana, con objeto de
someter a la totalidad del género humano a una suerte de dependencia
insuperable procedente de una realidad todopoderosa e incontrolable, la
cual, lejos de ser divina y trascendente, resulta ser muy humana y muy
inmanente, y, al contrario que todo dios, resistente a cualquier posible
negación, so pena de ser acusado —el nihilista que se atreva a negarlo—
de incredulidad, ignorancia o enfermedad represiva de variado género y
pelaje."
No hace sino unos cinco años, un par de
psicoanalistas publicaron un libro en el que reconocían la vacuidad de
su supuesto objeto de estudio, explicando que en su libro se
“rebate la posibilidad de existencia del inconsciente” y
“lo reduce a un mito”, exponiendo que la existencia del inconsciente siempre ha sido
“una creencia”, podemos leer una entrevista a los autores en
http://centesimomono.blogspot.com.es/2007/07/el-inconsciente-no-existe.html
En fin. Religión, dioses, ángeles, almas y poderes. Más de lo mismo de siempre.